“ENTRENADORES: ¿Un trabajo o un hobby?”, por Pablo Mattarolo
El 12 de Septiembre del 2015 puede haber sido un día histórico para el Básquetbol de la ciudad de La Plata (Buenos Aires, Argentina), ya que un grupo de Entrenadores se juntaron para formar la Unión Platense de Entrenadores de Básquetbol. Sin dudas, podría ser otro hecho aislado para mejorar las condiciones laborales de dichos Entrenadores, sin embargo, considero que esta noticia tiene que ser mucho mas trascendental.
Llegó el momento de repensar el trabajo de los Entrenadores, muchas veces desvalorizado por la sociedad actual.
Son muy pocos los Entrenadores que trabajan en planteles profesionales y pueden vivir de esta tarea. La mayoría tiene otro trabajo para poder subsistir en un mundo que no los valora ni legitima, incluso hasta se considera que lo que ellos realizan es un hobby.
En muchas oportunidades no cobramos nuestro trabajo o lo cobramos a una cifra que no solventa los gastos. El gran problema es que nos moviliza la increíble pasión que tenemos por lo que hacemos, aceptando cualquier condición laboral.
Si bien se dice que “los Entrenadores son el motor del baloncesto”, muchas veces no tienen ni voz ni voto en las grandes decisiones dirigenciales que deciden el rumbo de nuestro deporte. Sin desacreditar a los dirigentes (que son necesarios), la gran mayoría comienza su carrera siendo el padre de un jugador y su historia en el básquetbol es incomparable con la de la mayoría de los Entrenadores, a los cuales pueden perjudicar con sus decisiones.
Los Entrenadores hacemos mucho por nuestro trabajo, nos capacitamos continuamente, viajamos, entrenamos fuera de horario para mejorar individualmente jugadores, vemos y editamos vídeos de equipos rivales, escuchamos clínicas realizadas en cualquier lugar del mundo, colaboramos con las instituciones donde nos desenvolvemos, aprendemos idiomas, trabajamos los días de semana y también los fines de semana que es donde la mayoría de la población descansa. Y principalmente: formamos personas, acompañando a niños, adolescentes y mayores en su formación como persona, con los valores que el básquetbol pregona (juego en equipo, compañerismo, cooperación, competencia leal, sacrificio, trabajo, compromiso, entre otros).
En la mayoría de los países, los Entrenadores no trabajamos en las condiciones laborales que merecemos. No tenemos ni obra social ni jubilación, trabajamos los feriados, el salario no es suficiente para que sea nuestro trabajo principal. En incontables momentos dedicamos el tiempo que deberíamos pasar con nuestras familias o amigos, para estar con nuestros equipos, que en varios casos también lo sentimos como nuestra familia El ejemplo de todos los años que estuvimos sin que se valore nuestro trabajo, son las experiencias de grandes Entrenadores, que después de estar mas de 20 años en el alto rendimiento o formando grandes personas, no cuentan con un buen pasar. Incluso varios que tristemente han terminado su vida, sin dejar nada para sus familias.
Llegó el momento de valorarnos….Hoy en día tanto los que trabajan en algún oficio o profesión cobran y tienen derechos por su trabajo realizado. Empecemos por valorarnos nosotros, no nos traicionemos entre los entrenadores, ¡no juzguemos el trabajo del colega que muchas veces desconocemos en profundidad, y sobre todo estemos unidos!
Para concluir…¿Lo que realizamos los Entrenadores es un trabajo o un hobby? Si consideramos que es un trabajo, simplemente hagamos que se respete como tal. Esta es una simple opinión de un entrenador, espero que muchos puedan cambiar su realidad laboral, y ojalá sean varios los que no se sienten identificado con los problemas planteados.
Pablo Mattarolo
Entrenandor argentino de nivel 3
http://abrirjuego.blogspot.com.es/