“Decálogo para padres y madres de deportistas”, por Cedric Arregui
Han pasado casi 10 años desde el último decálogo que hice. El anterior, Decálogo de convivencia, iba dirigido a l@s deportistas. En esta ocasión, traemos un decálogo para padres y madres de deportistas. Son muchas situaciones las que vivimos durante la temporada. Y eso que el tiempo de interacción con jugadores y progenitories es bastante limitado. Es normal que de las 2-3-4 sesiones que tenemos durante la semana de 1h a 2h vayamos observando las interacciones que se dan y que tomemos nota de lo que nos llama la atención.
Efectivamente, ésta es la mayor dificultad. Sobre todo por la dificultad que entraña meterse a opinar en cosas que están fuera de la cancha. Es curioso que podamos tener tan presentes los límites de la cancha.
- Eres y serás siempre su padre/madre. Eres irreemplazable. Tu hijo siempre necesitará que hagas de padre y madre porque es lo que eres (ACEPTACIÓN DE ROL).
- Incentiva a tu hijo a realizar deporte. El que sea. Lo más importante es que haga el que ha decidido realizar. Acepta que también le tome su tiempo encontrar el que más le guste. Hay muchos deportes distintos y todos son beneficiosos (DÉJALE DECIDIR Y ALÉGRATE QUE QUIERA PRACTICAR UN DEPORTE).
- Una vez que haya elegido un deporte (sea el que sea), se habrá comprometido con una actividad y con un grupo de personas. Apóyale y ayúdale en cumplir con su compromiso. No hay peor sensación que llegar tarde (o ni llegar) a un entrenamiento o a un partido porque tu padre o tu madre no se ha sabido organizar. En caso que tu hij@ se ausente a algún entrenamiento o partido, avisa al entrenador lo antes posible para no entorpecer su labor y que no repercuta en el grupo. Es imprescindible tener una buena Comunicación con el entrenador (avisar pasada la hora de inicio de entrenamiento que tu hij@ va a faltar a entrenar es sumamente ridículo y profundamente absurdo). Planifica y organízate teniendo en cuenta que debes encajar horarios en los planes de entre diario y los de fines de semana (COMUNICACIÓN Y CONCILIACIÓN FAMILIAR DEPORTIVA).
- Cuando se juega a algo, se puede ganar y perder (¡incluso hay veces que se empata!). Reconoce el mérito y no menosprecies a nadie. Ganar no es cuestión de suerte, es cuestión de entrenar, esforzarse lo máximo posible para lograr el mejor resultado posible. Si un día se esfuerza y no resulta en victoria, puede ser sencillamente porque el rival haya sido mejor. Hay que mirar hacia adelante y no quedarse en el pasado. (HALAGA SIEMPRE EL ESFUERZO, no mires el resultado, no seas simplista -ya sabes que hay veces que se juega mal y se gana; al igual que puede suceder al revés).
- Sé realista, es altamente probable que tu hijo no vaya a ser la próxima super-estrella deportiva de los próximos 15-20 años. (ACEPTA SUS LIMITACIONES Y RECONOCE SUS CAPACIDADES).
- Equivocarse forma parte del aprendizaje. Tu hijo no es perfecto. Nadie es perfecto. Tú tampoco lo eres, su entrenador tampoco. El árbitro se puede equivocar (sería equivocado juzgar su actuación sin conocer el Reglamento), al igual que pueden hacerlo el resto de personas del planeta. (CONVIVIR CON EL ERROR porque ERRAR ES HUMANO).
- Ayúdale a ubicarse. Tus batallas de joven pueden ser memorablemente épicas. Cuéntalas si se interesa por tu experiencia o si puede tener mucha relación (trata de evitar ser siempre el narrador de batallitas). La prioridad es indagar en qué siente y cómo lo vive. (ESCUCHA ACTIVAMENTE y luego, si se da el caso, comparte vivencias).
- Anima a tu hijo desde la banda. Animar es animar. Dar instrucciones es dirigir y “pisarle” la parcela de trabajo al entrenador (que sí ha dedicado tiempo en formarse). ¿A quién crees que tu hijo le debe hacer caso? ¿a su entrenador o a tí? ¿Hay necesidad de plantearle esa situación tan conflictiva? ¿te imaginas un entrenador diferente para cada jugador? (se podría probar, pero aún así necesitaría una coordinación entre todos ellos para no contradecirse…)
¿Te has fijado alguna vez en cuántos padres y madres le dicen a su hijo qué tienen que hacer en cada momento? “¡Bota!, ¡Pasa!, ¡Tira!” ¿le están dejando decidir? ¿están fomentando su autonomía, libertad e independencia para que crezca como jugador y como persona? (ANIMAR SIEMPRE ES POSITIVO) - Si hay un mal comportamiento en casa, arréglalo en casa. ¿Tan falto estás de recursos que le amenazas y le castigas privándole sin su actividad física?
Las notas van mal, ¿Crees que por quitarle tiempo de juego estudiará mejor? ¿te has parado a contar las horas que se pasa delante de una pantalla del móvil, de la tablet o del ordenador antes que en dedicarle tiempo a estudiar? Hay que ser coherentes y tener recursos eficientes para no mezclar ámbitos y que cada acción se quede asociada en su contexto. Si ves que tiene dificultades para organizarse, ayúdale para que no falte a entrenar después de una semana (o dos) de vacaciones porque tiene uno, dos, tres o cuatro exámenes (ASOCIA ACCIONES Y CONSECUENCIAS DE FORMA CORRECTA – SÉ COHERENTE). - Respeta a todos los que rodean a tu hijo. Compañeros (de equipo y rivales), entrenadores, progenitores del otro equipo, y árbitros (al igual que se respeta a los profesores/maestros). Todos forman parte del todo y hay que saber lidiar con las distintas formas de ser y hacer de cada uno de ellos. Forma parte del proceso de aprendizaje de la socialización (RESPETAR Y ACEPTAR SU ENTORNO – RESPETO).
Probablemente sea el momento más complicado de llevar. ¿Qué hacer para no hablar del partido? ¿que tal si probamos a hablar de lo que vamos a hacer después del partido? ¿o de que tal nos ha ido la semana? ¿o de los próximos planes familiares?