“¿Cómo va?”, por Ángel Fernández Tripiana “Tripi”
En una edad, 9 y 10 años, en la que los niños y las niñas apenas tienen desarrolladas sus primeras habilidades físicas y tienen un escaso control psicomotriz. En una edad donde apenas si están empezando a entender el reglamento, donde desconocen el concepto de los espacios y la máxima y única prioridad debería ser el desarrollo técnico y el disfrute lúdico, la Federación Andaluza de Baloncesto se “inventa”, no ya un campeonato provincial, que está muy bien, sino una Final Four y un campeonato de Andalucía de PRE-MINI que no hace sino priorizar y fomentar la competitividad y la victoria por encima del placer del juego.
¿Cuándo y por qué razón decide la FAB cambiar la diversión por la competición? ¿Por qué empezar tan pronto a presionar a los niñ@s por ganar? ¿Por qué tener a montones de padres y madres en la grada preocupados por llevar, con la aplicación “marcador” de su Smartphone, el tanteo del partido? ¿CÓMO VA? Preguntarán los padres, que no han llegado a tiempo o no han tenido la brillante idea de descargarse la App, sin más interés por el juego que el resultado.
Desconozco si esta “feliz” idea se está llevando a cabo en otras Federaciones del territorio patrio.
En una edad, 9 y 10 años, donde los niños difícilmente saben botar, no digamos tirar, y apenas si pueden pasar bien más allá de tres metros y donde muchas fases del juego transcurre con el balón y jugadores por el suelo, hay entrenadores que llevados por su ansia de victoria y gloria, “amontonan” sobre el jugador con balón dos, y a veces hasta tres, defensores, haciendo imposible el desarrollo del 1×1 que, entiendo, debería ser lo primordial cuando se trabaja en esas edades. Se da el caso de algún entrenador que en un alarde técnico-táctico planta a un jugador en mitad del campo y que sólo está pendiente de él, del entrenador, y a la voz de ¡YA! , sin más criterio que la orden dada, va a hacer un dos contra uno sobre el jugador con balón. Cosas veredes amigo Sancho.
Hay quien, en un análisis simple, confunde ganar con jugar bien, cuando lo normal en estas edades, y con algo de suerte, es ver a un solo jugador con más cualidades y más destacado que anota él y sólo él, la mitad de los puntos del equipo mientras el resto de compañeros mira sin apenas moverse ni tocar el balón. Todo ello alentado, por omisión, por su entrenador porque claro, si el entrenador calla cuando el bueno se las tira todas y no pasa la bola, de algún modo está animando al “jugón” a hacerlo y es que en muchos casos el único fin que se persigue es GANAR obviando la labor formativa como principal meta.
Eso sí, después se cuelgan en Twitter por parte del Club y/o del entrenador un par de mensajes con un lema “pedagógico-lúdico-festivo” y se da por realizada la labor didáctica para con los jugadores.
Vivimos en una época en la que el concepto de competitividad está muy arraigado en nuestra sociedad o al menos intentan que así sea. Por lo visto ser competitivos es muy importante para salir de la crisis, crear más empleo y mejorar nuestro currículo. Incluso la LOMCE habla de que: “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía…” Eso es casi lo único importante hoy en día: LA COMPETITIVIDAD y no contentos con eso va ahora la FAB y pretende quitar la infancia a los niños y que aprendan, no a jugar sino a competir a baloncesto. Quo vadis F.A.B?
Ángel Fernández Tripiana “Tripi”
Entrenador Superior de Baloncesto
@TripiCoach