Las dos opciones de ataque que os voy a exponer a continuación se suelen llevar a cabo para buscar meter el balón en situación de poste bajo (LOW POST). En ambas se parte del mismo spacing de ataque introduciendo algunas pequeñas variaciones.
Diagrama nº1 (Bloqueo Flare+Low Post o Pin Down) y Diagrama nº2 (Falso Flare+Low Post)
En la primera opción, el base nº1 se desplaza botando a un lado ybusca pasar el alero de ese lado que recibe un BLOQUEO FLARE del poste alto, si el jugador nº2 sale con ventaja podría tirar desde el triple. La siguiente opción es pasar el balon al nº4 que se desplaza desde la esquina al poste bajo ganando la posición, si recibe el balón del alero nº3 podría jugar un movimiento de pies en poste bajo.
Si el base nº1 no pudiera pasar el balón al lado derecho del ataque, pasaría el balón al jugador nº3 que previamente recibe un PIN DOWN del pívot nº5, que tras realizar el bloqueo flare hace consecutivamente un bloqueo indirecto vertical al nº3. El jugador nº3 de salir liberado o con ventaja, podría culminar con un tiro exterior. Si no ve posibilidad de tiro busca dar un pase interior al poste bajo nº5, que tras el bloqueo cae a dicha posición.
En el diagrama nº2 observamos una acción parecida, en la que el jugador nº2 hace un FALSO FLARE, rizando o girando (CURL) alrededor del pívot bloqueador nº5, yéndose a ocupar la esquina contraria relevando al jugador nº3 que se desplaza desde la esquina al alero. El pívot nº5 tras bloquear, se abre ocupando el codo de la zona (ELBOW), allí recibe el pase del base nº1 y a continuación mete el balón al poste bajo para que el jugador nº4 intente finalizar en dicha posición (HIGH-LOW LATERAL).
Ya está disponible el número 41 de Entrenandobasket, con ocho nuevos artículos del máximo interés para todos sus suscriptores. Este número es el quinto de la cuarta tirada de nuestra revista, que abarcará hasta el número 48, con nuevo diseño incluido.
En primer lugar, el campeón del mundo con los juniors de oro y colaborador habitual de nuestra revista, Charly Sainz de Aja, escribe dentro de la sección “La Planificación” sobre cómo planificar el trabajo de tiro en los primeros meses de temporada en un equipo de formación. Otro campeón del mundo, Enrique Salinas, preparador físico de la Selección Española, ha elaborado un artículo muy interesante sobre la integración de los profesionales de la preparación física en un contexto de nuestra selección. Enrique se encuentra actualmente disputando las “ventanas” de clasificación para el Mundial 2023.
Por su parte, el preparador físico, Adrià Martí, nos aporta un artículo sobre la reactivación, dentro de la sección “El Calentamiento”. Adrià cuenta con experiencia como coordinador de preparadores físicos en Bàsquet Manresa y actualmente se encuentra trabajando en el DEAC Basketball, equipo de la Liga de Hungría. En cuanto a la táctica ofensiva, un veterano de nuestros banquillos y autor de dos libros como Eduardo Burgos, desglosa un sistema de ataque con el objetivo de buscar al base en el poste bajo.
De la técnica individual en este número se encarga el que fuera seleccionador minibasket de la Comunidad Valenciana y que actualmente trabaja en la Fundación Real Madrid, Adrián Silla, abarcando el tema de qué metodología utilizar para trabajar la técnica individual en minibasket.
Un clásico de nuestra revista como Ray Santana, escribe sobre el trabajo de defensa utilizado con sus selecciones (se encarga tanto de la selección masculina como femenina) de El Salvador y que tan buen resultado le ha dado. El técnico canario también fue seleccionador femenino de México, conquistando varias medallas en diferentes campeonatos. Precisamente, una de las asistentes de Ray en el combinado centroamericano, Maru Gálvez, ha querido compartir su manera de trabajar con un artículo dentro de la sección “La Figura del Entrenador Asistente”.
Para la “La Psicología del Entrenador”, todo un experto como el Coach Deportivo catalán y Trainer en PNL, Jordi Salat, trata en su artículo el siempre recurrente tema del “miedo a perder”.
Para terminar, la entrevista correspondiente al número 41 está dirigida a Diego Ocampo, que nos cuenta como está siendo su debut en el extranjero, ya que tras pasar por diferentes equipos ACB o el FC Barcelona B, este verano hizo las maletas rumbo a Alemania para dirigir al Fraport Skyliners.
Para acceder a este material de forma completa sólo tienes que suscribirte a nuestra revista por sólo 1 euro por número a través del siguiente enlace: https://www.entrenandobasket.es/suscripciones-3/. Se puede encontrar toda la información a través de la siguiente noticia:
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Hace unos días, tuve una conversación muy interesante, sobre los minutos que disponían las jugadoras de un equipo: ¿y tú cómo entrenas?.
Todas las jugadoras de un equipo quieren jugar minutos, es lícito, por su parte. Pero casi siempre, hay alguna jugadora que no está contenta con lo que juega, a veces, no es tanto la jugadora, y más los padres.
Haber crecido en una cultura de mentalidad de esfuerzo, muy autodidacta, de superarse continuamente, de competir con otros deportes y con otros clubes, me ha dado una manera de ver el deporte marcada por la exigencia.
La ambición de mejorar día a día, y no reducida solo al resultado deportivo sino al vital.
A nivel personal, me preocupo más por el crecimiento técnico de los jugadores que por el resultado del partido de la semana, no obviando que también tiene su importancia.
Desde una voluntad pedagógica, entiendo que la exigencia máxima en los entrenamientos, es esencial.
Hoy en día, hay demasiadas jugadoras que no están habituadas a un nivel de exigencia elevado, en todos los ámbitos del entrenamiento: técnica-táctica individual, física, y especialmente la mental.
Tengo como una filosofía de juego en el que prevalece, el énfasis en el trabajo de la técnica-táctica individual.
Entiendo, que en el proceso de aprendizaje de una jugadora, no nos podemos saltar lecciones, por lo tanto, es básica, la repetición. Repetirlo tantas veces que luego te sale sin pensar.
Y aquí, es donde algunas jugadoras se aburren. Es evidente que el problema del aburrimiento existe, pero no es válido, ya que al entrenamiento se va a trabajar, y en ocasiones, el trabajo es duro y pesado, pero necesario.
Si quieres jugar bien, debes entrenar muy bien. Es básico que la jugadora tenga: ambición, ilusión, sacrificio, que tenga culto al trabajo, el no tener excusas etc.
En edades formativas, debemos inculcar la cultura del esfuerzo tanto en los entrenamientos como en los partidos. Entiendo que los partidos son entrenamientos, ya que si queremos mejorar a las jugadoras durante la temporada, es muy importante, entrenarle durante los partidos del fin de semana.
Está bien que le preguntemos a las jugadoras que entrenamos: ¿y tú cómo entrenas?.
I’m afraid to jump: jump!!!
Francesc Canals
Entrenador Superior
Director de I am Winners
Nº1. Bote hacia atrás hasta llegar a la línea de tres puntos, después dos botes laterales y entrada a canasta.
Nº2. Jugador con balón realiza el “8” entre los dos conos con la cabeza levantada para ver al entrenador que le marca por que lado finalizar el ejercicio, en el ultimo cono realizar un cambio de mano por la espalda.
Toni Becerra
Director del portal www.ejerciciosbaloncesto.com
Os presento un movimiento de ataque que busca varias jugadas rápidas combinando cinco acciones de ataque, que os relaciono a continuación y que os describiré en los gráficos que se adjuntan.
1) SHALLOW CUT (corte a canasta poco profundo por debajo del PnR con el objeto de liberar, limpiar o aclarar la zona, 2) PICK AND ROLL LATERAL (Bloqueo directo mas continuación o caída al interior), 3) PIN DOWN (Bloqueo indirecto vertical de grande a pequeño) y 4) CROSS SCREEN (bloqueo horizontal paralelo a la línea de fondo) y 5) Juego entre postes alto-bajo (HIGH LOW).
Diagrama nº1 (El inicio del sistema)
Con la disposición inicial que se aprecia e el diagrama nº1, comenzamos el movimiento de ataque. Se inicia con un Shallow Cut del jugador nº2, que corta al alero contrario por debajo del Pick and roll para liberar el interior de la zona, limpiándola y dejando un aclarado.
Cuando se produce el Corte Shallow, los jugadores nº1 y nº5 juegan un Pick and Roll Lateral, pudiéndose finalizar con un triple del base nº1, un pase al roll nº5 bajo aro o al interior de la zona e incluso un pase al nº2 (triangulación), para tiro exterior.
Si no se encuentran opciones de culminación, el base nº1 continua el sistema cambiando el balón al lado contrario donde se realiza un Pin Down con bloqueo indirecto vertical del pívot nº4 al alero nº3, pudiendo finalizar la acción con triple del jugador nº3 o con pase al nº4 tras la continuación del bloqueo.
Diagrama nº2 (Continuación, opción A) y diagrama nº3 (Continuación, opción B)
Si el el jugador nº3 tras el Pin Down no decide tirar a canasta, puede continuar como se observa en el gráfico nº2 (opción A), pasando el balón al pívot nº5 que recibe un bloqueo indirecto horizontal paralelo a línea de fondo del jugador nº4 (CROSS SCREEN). Con la posibilidad incluida de pasar el balón al nº4, que tras bloquear se desmarca al centro de la zona.
Como última opción, podríamos realizar el típico juego entre los postes alto y bajo (HIGH LOW) y viceversa. Con la posibilidad también de distribuir, invertir y doblar balones desde el poste bajo.
“La meritocracia ( término proveniente del latín meritum ‘ debida recompensa’, a su vez de meren ‘ganar, merecer’; y el sufijo – cracia del griego ktátos, ‘poder, fuerza’ ) o gobierno de los mejores es una forma de gobierno basada en el mérito”.
Los jugadores para que se esfuercen, también es necesario que vean un horizonte, que tengan un objetivo, ya que la falta de estímulos hace perder el deseo.
Debemos crear depósitos de gasolina del esfuerzo, que se basará en la ilusión sobre el proceso, el convencimiento que serán recompensados, que mejorarán, que crecerán día a día, y para garantizarlo necesitamos entornos meritocráticos.
Estos entornos, por desgracia, cada día hay menos, deberán ayudar a forjar la autoexigencia desde la ambición como un motor incuestionable.
Los entrenadores deben tratar a los jugadores como un padre que educa, corrige o castiga. Que deben convivir desde la base de la cooperación y un sentimiento de unión.
Un entorno, donde se premie el no tener miedo a arriesgar, a probar cosas, que genere entusiasmo, personalidad, conocimiento e inteligencia.
Entrenadores en que lo que verdaderamente aporten sea una filosofía del: por qué se hacen, cómo se hacen y qué cosas, mediante una aportación ideológica innovadora.
Entrenadores que prediquen con el ejemplo: capacidad de trabajo y hacer lo que se dice.
Es clave, la disciplina en el entrenamiento, que ayude a los jugadores a aprender cómo pensar a través del baloncesto; el cual, no consiste solo en tirar, botar, pasar y defender.
Entrenamientos que potencien la creatividad, una herramienta necesaria para encontrar soluciones a los distintos problemas que se plantean en el juego y en la vida diaria.
En resumen, entrenadores que ayuden a los jugadores a que entiendan que desde el trabajo se pueden conseguir objetivos, y que si lo merecen, tendrán su recompensa.
I’m afraid to jump: jump!!!
Francesc Canals
Entrenador Superior
Director de I am Winners
Cuando nos hacemos cargo como entrenadores de un equipo, suele haber una EXIGENCIA por parte de la organización que nos contrata (club, colegio, etc). Debemos saber diferenciar exigencia de pedir que a veces se puede confundir. Una exigencia no contempla una respuesta negativa, mientras que si se pide algo se acepta la posibilidad de que la respuesta no sea atendida.
Por poner algún ejemplo referente a los entrenadores de baloncesto, “el equipo tiene que estar en la fase de ascenso” es una exigencia, mientras que si decimos “tenemos que intentar estar en la fase de ascenso” es una petición. Toda exigencia si no se cumple tiene unas consecuencias, en el ejemplo del que estamos hablando si no logra llegar a la fase de ascenso generalmente implicaría el cese del entrenador, en el segundo caso esto con toda probabilidad no ocurriría.
Las exigencias por parte del club que nos contrata siempre van a existir, quién paga exige. Otra cosa es que puedan ser desmedidas y que no se relacionen de forma proporcional con las posibilidades del equipo que pone en nuestras manos, con los recursos disponibles para llevar a cabo nuestro trabajo y que no estén bien medidas.
Desgraciadamente en la mayoría de los casos, “esa exigencia suele basarse fundamentalmente en el hecho de ganar partidos, títulos o campeonatos”, si es así suele aceptarse casi todo aunque el entrenador cometa disparates y tropelías en ese camino hacia el éxito y no deje nada sembrado para el futuro en forma del crecimiento y mejora de todos los jugadores. Por ejemplo, “cuando en un equipo de minibasket se entrena con 12 jugadores y en un partido importante se juega con ocho”.
El entrenador de baloncesto sabe que la exigencia del club y de todo lo que rodea al equipo forma parte de su sueldo y suele acostumbrarse y saber vivir con ella especialmente con el paso del tiempo (EXPERIENCIA). Sin embargo hay otro factor que para él va a ser mucho mas difícil de gestionar y este no es otro que la AUTOEXIGENCIA, es decir la exigencia que uno mismo se impone, todo un peligro si no la sabemos gestionar.
LA AUTOEXIGENCIA
No puedo negar que la AUTOEXIGENCIA a nivel personal mas de una vez me ha jugado una mala pasada, no ha sido nunca un apartado fácil dentro mi trayectoria personal como entrenador aunque a base de autocontrol y muchas dosis de paciencia he aprendido a mejorar la forma de gestionarla.
Ser autoexigente y autocrítico es muy importante para crecer como persona y como entrenador, eso nos ayudará a mejorar, a superarnos y a dar nuestra mejor versión. Saber ver y aceptar nuestros errores, los aspectos como entrenadores que podemos mejorar e incluso las que no. Está claro que para llegar al éxito debemos ser exigentes y autocríticos, eso nos permitirá dar pasos adelantes, conseguir nuestros objetivos, nuestros sueños, crecer, progresar, evolucionar y llegar a lo mas alto.
Decía el Dalai Lama: “La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos”.
Aunque la autoexigencia puede ser beneficiosa para nuestro trabajo, también puede llevarnos al fracaso cuando es demasiado intensa y desmedida. Muchas veces nos presionamos tanto, que no nos conformarnos con nada de lo que hemos logrado. No sabemos digerir nuestros nuestros pequeños éxitos, esto nos lleva a ser mas impacientes y subir nuestras expectativas a un nivel demasiado alto. Si es así, cuando los resultados que esperamos y deseamos no llegan, lo más probable es que nos desanimemos, nos desmotivemos, nos sintamos frustrados e incluso podamos venirnos abajo.
AUTOEXIGENCIA NEGATIVA
Estamos enfocando y gestionando mal la autoexigencia si somos demasiado PERFECCIONISTAS, nos planteamos expectativas que no corresponden a nuestra realidad, muy altas e inalcanzables, esto nos puede hacer pensar que no somos lo suficientemente buenos como entrenadores.
Por poner un ejemplo extremo, “queremos enseñar un sistema de ataque para conseguir un tiro liberado y nuestros jugadores no dominan los fundamentos básicos”, lo normal es que no consigamos éxito en ello, habrá que plantearnos previamente “objetivos alcanzables” para que los jugadores mejoren y cojan confianza y luego ya llegará el momento de la jugada estudiada.
NO NOS PERMITIMOS COMETER ERRORES, los entrenadores demasiado exigentes terminan por no saber vivir con el error y esto les puede llevar a dejar de hacer cosas con sus jugadores por miedo al fallo o al error, siendo mas conservadores de la cuenta y sin darnos cuenta no permitir a nuestros jugadores que arriesguen, tengan desparpajo y no desarrollen su propia creatividad e iniciativas, cuestiones íntimamente relacionadas con la toma de decisiones.
AUTOCRÍTICA CONSTANTE, todo un mal compañero de viaje, si siempre pensamos en lo negativo de lo que hacemos, en que cualquier cosa que no sale bien en el juego es nuestra culpa y nuestra responsabilidad, mal vamos. Si no vemos mas lo bueno que lo malo, posiblemente tengamos un discurso interno negativo que indirectamente trasladaremos a nuestros jugadores.
ESTABLECER METAS PARA AGRADAR Y CONTENTAR A LOS DEMÁS, las personas damos a veces demasiada importancia a lo que opinen de nosotros, oímos lo que piensan los directivos, padres, prensa, afición, etc, y queremos contentarlos y agradarlos, al final terminamos anteponiendo sus necesidades a las del propio entrenador.
De esto podríamos poner muchos ejemplos en el día a día de los entrenadores, “Poner en pista a un jugador determinado”, “no mandar al banquillo al jugador estrella”, “cambiar nuestra forma de entrenar porque ese día los directivos van al entrenamiento”, etc.
ASUMIR MAS DE LA CUENTA, si abarcamos mas tareas de la cuenta terminaremos por no atenderlas todas bien, paso a paso y meta a meta. Importante saber delegar funciones en nuestro STAFF TÉCNICO, dejarlos trabajar con independencia aunque supervisando su trabajo. Dejar que personas responsables que nos ayudan con el equipo realicen su trabajo, encargados de instalaciones, utilleros, directivos encargados de organizar viajes en desplazamientos, servicios médicos, etc. Si no ASUMIMOS DEMASIADO, descansaremos mejor, estaremos mas relajados y sabremos desconectar en nuestro tiempo de ocio rebajando una sobreexigencia nada recomendable.
COMPARARNOS CON OTROS, otra cuestión que de forma innecesaria eleva nuestro nivel de exigencia y no nos ayuda demasiado. Sin querer o queriendo inconsciente o conscientemente nos comparamos con entrenadores rivales o compañeros, cuestión que no conduce a nada y nos puede llegar hasta a mortificar. A mi me pasó en una ocasión y hubo a momentos que por eso no estaba contento conmigo mismo, no me fue bien una temporada en un club, llegó otro entrenador y en mi ego interno me comparaba con él, incluso llegando a querer que perdiera partidos porque si ganaba era como si yo me considera peor, craso error, porque las circunstancias de cada cual suelen ser muy diferentes, comparar nos con otros pueden llevarnos a la envidia, al mal ajeno y no nos hace por ello mejores entrenadores.
QUERER CONSTANTEMENTE CONSEGUIR ÉXITOS, otro factor que desencadena la autoexigencia negativa es una necesidad imperiosa y constante de conseguir logros, si no se consiguen nos llegamos a sentir menos valiosos o importantes. Este tipo de autoexigencia nos puede afectar emocionalmente, llegando a provocarnos stress, ansiedad y lo que es peor no saber controlar nuestras emociones tanto en entrenamientos como en partidos.
EQUILIBRAR LA AUTOEXIGENCIA
La autoexigencia como hemos visto tiene aspectos positivos y negativos, lo importante como entrenadores es que consigamos manejarla con COHERENCIA y EQUILIBRIO. Para poder conseguirlo debemos tartar de encontrar ese equilibrio que respete la realidad y los objetivos que queremos alcanzar.
En ese sentido seria muy interesante tener en cuenta lo que os detallo a continuación:
Fijar metas alcanzables, metas cortas que se puedan conseguir y que tanto a nosotros como a nuestros jugadores nos refuercen positivamente en el día a día, evitando que no nos desmotivemos y frustremos.
Olvidarnos del perfeccionismo, nadie es perfecto en todo y los entrenadores tampoco, aceptarnos como somos, aceptar como es tu equipo, aceptar como son tus jugadores, aceptar como es tu club, aceptar nuestra capacidad y aceptar nuestros límites
Ser realistas y no idealistas, tenemos que comprender la situación en que nos encontremos y estudiar la forma de mejorara través de las herramientas que tengamos a nuestra alcance. Importante será racionalizar nuestro idealismo y no pensar en objetivos sobredimensionados para rebajar el nivel de exigencia. No podemos plantearnos luchar por un ascenso, cuando a lo mejor nuestro equipo puede tener problemas incluso de permanencia en la categoría.
Entender nuestros estados emocionales, todas los entrenadores pasamos por momentos buenos y malos, si nos exigimos demasiado cuando pasamos por un bajón o un bache puede ser contraproducente e incluso sentirnos ms decepcionados o fracasados. Cuando notemos que pasamos por ese estado lo mejor es desconectar, descansar y dar unos días de descanso a los jugadores, cargar las pilas y recuperar la energía antes de volver al tajo.
Aceptarte como eres y luchar contra tú crítico interior, una persona demasiado autoexigente tiende a ser crítica consigo misma, eso hace que incida mas en ella lo negativo que lo positivo, por eso lo mejor es aceptarnos como somos con con nuestros defectos y con nuestras virtudes.
Centrarnos en el proceso y no solo en los resultados, se trata de crecer y mejorar, esforzándonos y a la vez disfrutando del camino. Sin someternos a estrés, por lo que buscamos automotivarnos y centrarnos en lo positivo. Centrarnos el el proceso de mejora, en optimizar nuestro método, siendo conscientes que los errores también forman parte de ese camino.
“Lo que consigues con el logro de tus metas no es tan importante como en lo que te conviertes en el camino” (Henry David Thoreau).
Eduardo Burgos
Colaborador de Entrenandobasket
Director del Blog de baloncesto Viveelbasket
Nº1. 1c1 después que el defensor y atacante pisen la línea lateral y la de fondo.
Nº2. Atacante tiene que intentar entrar dentro de la zona (4 conos, círculos) antes de 5 segundos, el defensor utilizando el cuerpo debe de impedir que los consiga.
Toni Becerra
Director del portal www.ejerciciosbaloncesto.com
Os presento dos ejercicios básicos de entrenamiento que se pueden realizar con jugadores de edades tempranas, uno va dedicado a la enseñanza-aprendizaje de las fases del rebote defensivo y otro a trabajar 1c1 en persecución y la reacción defensa-ataque tras el cambio de rol de los dos jugadores.
Diagr. nº1 (Sellar el rebote) y diagr. nº2 (1c1, persecución y reacción defensiva al cambio de rol)
En el gráfico nº1, podemos observar la forma de organizarse y colocarnos por trios para mejorar el aprendizaje de las FASES DEL REBOTE DEFENSIVO. Cada trío estará formado por un atacante + un defensor+ apoyo de pasador.
A una señal del entrenador (silbato o voz), las jugadoras llevarán a cabo las fases del rebote defensivo. Con el primer golpe de silbato, el jugador defensor (de rojo), FIJARÁ a su atacante contactando con el antebrazo y le aguantará. Cuando suene el silbato por segunda vez, el defensor girará pivotando y sujetará de espaldas y con sus brazos el camino del atacante (SELLAR-CERRAR). Por último cuando suene el silbato por tercera vez, el jugador con balón le lanzará el balón un poco bombeado al defensor que IRÁ AL REBOTE, saltando y cogiendo el balón, metiéndoselo en la cintura y protegiéndolo entre sus codos.
Posteriormente los jugadores de cada trío irán rotando, defensor pasa atacante, atacante a pasador y pasador a defensor. Generalmente haremos de 3 a 5 repeticiones y posteriormente cambiaremos los roles de los jugadores.
En el gráfico nº2, se trabaja con el objetivo de mejorar el trabajo de reacción en defensa según la trayectoria que elija el atacante, puede elegir cualquier lado.
Para ello colocamos a los jugadores por parejas (uno delante con balón y oro detrás sin balón), los dos corren hacia la canasta contraria el primero botando y el otro persiguiéndolo a la distancia de un metro o metro y medio aproximadamente. Al llegar a la mitad del campo, el jugador con balón pasa de espaldas el balón entre las piernas a su perseguidor, este ataca con máxima velocidad en la dirección que quiera, el pasador tiene que reaccionar defensivamente (cambio de roles ataque-defensa).
Cuando termine el 1c1, los dos jugadores vuelven por fuera del campo a la otra canasta, cambiando su rol o función a desarrollar.
Eduardo Burgos
Colaborador de Entrenandobasket
Director del Blog de baloncesto Viveelbasket
“Si el juego del baloncesto y los jugadores te apasionan, entonces tienes que ser entrenador cueste lo que cueste. Pero si no consiguen apasionarte, no seas entrenador”.
Empecé a entrenar a los 17 años, de manera totalmente autodidacta, conjuntamente con unos amigos.
Todo empezó en los JJOO de Los Angeles 1984, cuando la selección española, consiguió la medalla de plata, jugando la final contra el primer dream team USA, en el cual, uno de sus integrantes, era un tal, Michael Jordan.
La lectura principal que hago de todos estos años, es que un entrenador tiene más responsabilidad de lo que mucha gente cree. Observo que cada vez hay más entrenadores que no tienen conciencia de todo lo que genera su comportamiento y motivación con los jugadores que entrena.
El entrenador tiene la responsabilidad de infundir en sus jugadores el amor hacia el baloncesto, generando y manteniendo la motivación, independientemente de los resultados del partido semanal.
No hay una manera única para que el entrenador promueva entusiasmo y toda la energía necesaria que necesitan los jugadores, para que tengan pasión.
Si el entrenador no tiene un grado de pasión muy alto desde el primer día, cómo pretendemos que nuestros jugadores la tengan.
Es evidente, que hay diferentes épocas en la trayectoria de un entrenador, desde las que estamos muy satisfechos hasta en que las cosas no salen como nosotros pretendíamos.
No podemos perder a lo largo del camino la pasión por el juego, porque también la perderán nuestros jugadores.
El objetivo principal del entrenador es apasionar a los jugadores que entrena por la pasión al baloncesto. Si realmente amamos lo que hacemos, daremos lo mejor, influyendo directamente en los jugadores.
El buen entrenador no debe aceptar las mediocridades y los malos hábitos, por lo tanto, considero esencial que las sesiones de entrenamiento sean exigentes, porque las sesiones exigentes ayudan a crear un entorno donde no exista la mediocridad y los hábitos no recomendables.
Es fácil transmitir motivación cuando se ganan partidos… ¿ Y cuándo se pierden?
Francesc Canals
Entrenador Superior
Director de I am Winners
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