Adelanto del artículo de Montse Cascalló que aparecerá en el 17º Número de Entrenandobasket
Ser entrenador requiere flexibilidad
Estamos en una sociedad en que todo cambia y muy rápido. Los cambios tecnológicos, económicos y políticos se suceden con rapidez y afectan a toda la sociedad, también a nuestros jugadores y a nosotros mismos. Se habla de que vivimos en un mundo V.U.C.A, que corresponde a las iniciales de Volátil (V) Incierto (U) Cambiante (C) y Ambiguo (A), un mundo donde las personas buscan desesperadamente certezas a la que agarrarse, y buscan también líderes que les aporten la seguridad que tanto les falta.
En este entorno cada vez es más frecuente oír hablar (especialmente a los periodistas) de que ciertos entrenadores triunfan porque tienen su propia filosofía de juego, sin saber mucho que significa una filosofía de juego ¿será una forma de jugar y competir específica? ¿entonces se trata de una táctica? ¿de una estrategia? ¿quizás es también un modo de entrenar? Dejando aparte esta discusión, que seguramente daría mucho de sí, es cierto que muchos entrenadores buscan poder construir su propio estilo de juego y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que es importante que un entrenador tenga de unos valores sólidos y unos pilares, técnicos, tácticos, morales, sobre los que desarrollar su trabajo, pero sólo esto, pilares, no planes rígidos a aplicar. Veamos por qué.
Uno de los problemas que más a menudo se puede observar en las canchas de baloncesto actualmente, es la de ver jugar un equipo tratando de poner en marcha, normalmente con poco éxito, un estilo de juego que requiere jugadores distintos, que requiere jugadores con otras características físicas o técnicas.
Normalmente, se trata de equipos de entrenadores muy trabajadores y estudiosos, que suelen asistir a clinics y seminarios de baloncesto, a entrenamientos de entrenadores profesionales, que leen libros especializados, ven vídeos y aprenden baloncesto continuamente. Se trata de entrenadores muy preparados pero que suelen olvidar la importancia de dedicar un tiempo a estudiar y aprender de su propio equipo, a observar las características de sus jugadores para sacar el mayor partido posible. Esta es justo la clave, priorizar sacar el máximo partido de mis jugadores y equipo antes que aplicar este o aquel sistema de juego que acabo de aprender / diseñar y creo que es el mejor.
Montse Cascalló
Colaboradora de Entrenandobasket