Archivos Mensualesnoviembre 2019
En las etapas formativas se enseña a los pequeños jugadores “a defender al suyo”, es decir a no perder a su atacante de vista y a coger la responsabilidad en caso que éste anote. No quiero en este artículo entrar a discutir si esta tradición de enseñanza defensiva es correcta o no lo es, o si se debería enseñar al jugador a controlar más el balón más que a su propio hombre. Lo que si es cierto es que a medida que avanzan las etapas, al jugador se le enseña a controlar los dos factores que pueden influir más en su defensa: su hombre y el balón. Es por esto que se exige que el jugador sea capaz de ver al mismo tiempo a su hombre y al balón.
Una de las críticas que quiero hacer en este artículo que ya expresé en el artículo de “El juego de las miradas” es que es imposible ver a ambas cosas al mismo tiempo y que la información de ambas le llegue 100% al jugador ¿O es que una persona va mirando al horizonte cuando camina por la calle o por la montaña con el fin de ver todo lo que pasa a su lado? Esto no es así de ninguna manera, sino que las personas nos vamos fijando en las cosas que nos rodean focalizando la mirada completamente hacia ellas sin que, al mismo tiempo, perdamos el control de lo que sucede alrededor.
Al igual que el ejemplo anterior, no se debe exigir al jugador mirar siempre entre el balón y su hombre porque este será incapaz de interpretar la información que le llega de ambas de manera completa. Sí que es verdad que en ciertos momentos de calma en el juego, cosa que sucede pocas o ninguna en una posesión, el jugador puede mirar entre medio de las dos, pero realmente éste debe focalizar no solamente en el balón o su hombre sino en las otras variables que existen en la pista como sus compañeros o sus adversarios. Es verdad que el jugador debe mirar al balón cuando este realmente aporte una información significativa para él y luego volver a la posición neutral (visión marginal) sin tener que girar otra vez la cabeza completamente a su hombre ya que esto es demasiado lento. Y viceversa, el jugador debe mirar a su hombre cuando este le obligue a tomar una decisión al respecto
Vamos a poner un ejemplo clarificador. Imaginamos que estamos defendiendo un jugador que va a recibir. Momentos antes que el jugador realice el pase es bueno ver los ojos del atacante con balón ya que de esta manera sabremos cuáles son sus intenciones hasta el momento que el balón va por el aire y evaluar si es conveniente ir a robar o no. Asimismo, si el propio del defensor hace una puerta atrás es perfecto dejar de mirar al balón y controlar el propio jugador para volver a recuperar una posición defensiva correcta.
En base a estas ideas se basa la acción de ABANDONO DEFENSIVO. El jugador que está defendiendo a un jugador sin el balón, por un momento decide abandonar completamente a su hombre para obtener una clara ventaja con respecto al balón. Hay dos exigencias de esta acción. La primera, el jugador con balón no le debe ver ya que debe ser una sorpresa para éste y que sea incapaz de producir una acción de ventaja a partir de esta. La segunda, no debe proporcionar al hombre que está defendiendo una ventaja insalvable. Y tercera, que la distancia que pierda sea fácilmente recuperable por él o por un compañero.
Hay tres momentos idóneos para abandonar a un jugador sin balón y atacar el balón:
- En transición defensiva, especialmente ayudándose de las líneas de media pista y la banda, saltar desde un hombre a atacar el balón para hacer un 2×1. La situación idónea es cuando el atacante está por detrás del balón, cuando el atacante del balón reversa y pierde por un momento de vista al juego, de frente cuando el atacante está muy lejos o bien cuando el atacante pasa muy cerca del balón.
- Cuando el jugador con balón penetrando o estando dentro de la pintura usa el cambio de mano por la espalda o el reverso por lo que hay un momento que este deja de mirar delante para buscar el balón o ponerse de espaldas.
- Cuando un atacante y, por consiguiente, su respectivo defensor pasa muy cerca del balón, este por sorpresa puede saltar a tocar el balón e incluso a hacer un trap. Una opción puede ser en un hand-off o bien el balón está en la prolongación de tiro libre, un jugador corta a la misma esquina.
En el siguiente video hay unos ejemplos de cada uno de ellos para clarificar las situaciones:
https://www.youtube.com/watch?v=eVvaLcgQ6F8&feature=emb_title
Finalmente añadir que aunque hay algunos jugadores que este tipo de acciones les sale de manera natural (como puede ser Tomas Bellas, Jaime Fernández o Luke Sikma) estas ideas pueden formar parte de nuestro trabajo defensivo. Los jugadores pueden aprender a aprovecharse de una situación concreta para obtener una ventaja sin apenas riesgo alguno.
Lluís Riera
Entrenador asistente del Zenit San Petersburgo (Rusia)
Director del portal basketanalisis.wordpress.com
Hoy facilitamos un vídeo sobre cómo mejorar la intensidad en el juego, elaborado por Carlos Gracia, director de Efficient Training y que también colaboró con un artículo en el número 18 de nuestra revista.
https://www.youtube.com/watch?v=N92yShgeLPU
La triple A (actitud, ambición y amor):
- Actitud. Imprescindible para todo (para entrenar, para cuidarse, para jugar los partidos, para apoyar al compañero), manteniendo siempre la mejor predisposición y talante.
- Ambición. Sin ambición, sin hambre de triunfos, sin ganas de comerse el mundo poco se puede hacer, no hay que ser conformistas y tratar siempre de mejorar día a día tanto en los entrenos como en los partidos.
- Amor. Amor a este deporte tan bello, quererlo, hacerlo nuestra droga personal, hacerlo nuestro, no serle nunca infiel, vivirlo y disfrutarlo. Y, además, amor a los colores que defendamos aunque estemos de paso, comprometerse en los proyectos y no ser meros mercenarios.
Eduardo Burgos
Entrenador Superior de Baloncesto
Director del Blog de baloncesto Viveelbasket
Una de las situaciones que pueden producir malestar en un jugador es la falta de minutos, nos tenemos que preguntar: ¿por qué dispone de tantos minutos un jugador?
Todos o en casi todos los equipos, durante la temporada, hay jugadores que reclaman jugar más de lo que están jugando.Personalmente, son posturas que entiendo, siempre y cuando estén justificadas.
Debemos educar a los jugadores que entrenamos desde edades tempranas, para que tengan buenos hábitos de trabajo, en todos los ámbitos, desde el personal al colectivo.
Si hay entrenadores que no premian el trabajo que realizan los jugadores, ya que solo piensan en el resultado del marcador, y no en la formación del jugador, más pronto o más tarde nos encontraremos con jugadores que no entienden su situación cuando disponen de menos minutos de los que ellos piensan.
Podríamos decir que los minutos son la recompensa que recibe el jugador por lo que aporta al juego del equipo, es decir, lo que produce en favor del mismo.A partir de esta premisa, los entrenadores harán jugar más o menos minutos según la aportación productiva del jugador.
Los entrenadores debemos hacer ver a los jugadores que los minutos estarán ligados a la productividad del jugador.El minutaje es lo que el entrenador da al jugador y la productividad es lo que el jugador aporta al equipo.
El entrenador debe de ser justo con el jugador, es decir, el entrenador dará minutos al jugador más o menos igual de lo que el jugador aporta al equipo.Si queremos ser justos, los minutos y la aportación del jugador deberán corresponderse.Tenemos que hacer ver a los jugadores que si quieren jugar más minutos, tendrán que aumentar su aportación al equipo, y los entrenadores debemos definir claramente a los jugadores los intangibles y tangibles que deben aportar.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!
Francesc Canals
Entrenador Superior
Director de I am Winners
Cadete de promoción, no de competición:
Me llamo Ferran Márquez, tengo 50 años y dispongo del título de entrenador de Nivel B Federativo. Hago de entrenador porqué es lo que más me gusta y no tengo ningún otro interés que el de ver mejorar a los chicos que entreno. He tenido la suerte de ganarme la vida en el entorno comunicativo del baloncesto y del deporte. Pongo todos estos datos personales para entender el contexto de lo que más adelante expondré.
En las últimas temporadas he entrenado equipos de categoría mini e infantil, bajo los reglamentos arbitrales de minibasquet y passarelle. Me he sentido confortable en ciertos aspectos de estos reglamentos y muy incómodo en otros pero he entendido que eran buenos para conseguir su objetivo principal, que no es otro que la mejora integral del deportista.
Esta temporada entreno a dos equipos masculinos –cadetes de primer año y infantiles– que compiten en la Categoría Cadete Nivel B y C. Antes de continuar permitidme que elogie a un buen grupo de entrenadores a los que me he enfrentado y que con su actitud y buenas formas me hacen creer que lo que a continuación expondré es reversible. Tipos nobles, que hablan contigo antes del inicio del partido a pesar de que mi aspecto sea el de un ‘old school’, que sus equipos juegan bajo parámetros claros de mejora técnica de sus jugadores y que utilizan los valores del deporte como lo que realmente son, VALORES UNIVERSALES. Muchas gracias a todos ellos por hacer que este deporte sea considerado de forma unánime como una verdadera forja de personas.
Y ahora viene el porqué de este escrito y para hacerlo hablaré del pecado y no del pecador. Expondré de forma breve los desencuentros entre lo que yo considero normal dentro del deporte formativo para chicas y chicos en edad cadete y lo que me he encontrado en estos meses de jugar partidos, repito en la Categoría de Promoción Nivel B y C.
1.- Defensa zonal 2-3 bien cerradita en un partido de Nivell C.
2.- Presión a tota pista, con hasta tres contra uno y del primero hasta el ultimo minuto, en un partido en el que el resultado final fue de -92 para mí equipo. Recuerdo que mi equipo es cadete de primer año con algunos jugadores infantiles y que nuestro rival era un cadete de segundo año con un buen nivel general.
3.- Una gran mayoría de los entrenadores de las categorías de promoción Cadete Nivel B y C llevan la pizarra por bandera, buscando claramente los movimientos que ellos quieren hacer y que la mayoría de sus deportistas no entienden ni tienen la capacidad técnica para ejecutarlos.
4.- Jugadores que no aparecen en la pista hasta que he ganado o he perdido claramente el partido. Todos ellos juegan minutos sin importancia en el resultado final.
5.- Y aquí viene la definitiva: entrenadores mayoritariamente sin la titulación correspondiente para gestionar los equipos de la categoría que les corresponde.
He sido ligero en las explicaciones de las razones que me han llevado a escribir este texto. Las sensaciones que se tienen en el momento en el que suceden cosas como las antes descritas y ves las caras de tus chicos con cara de necesitar una respuesta de la que no dispones, es terrible.
Ahora vienen las soluciones que hemos de encontrar entre todos, si coincidís en el diagnóstico o veis que como mínimo en niveles formativos que no son competitivos, hace falta mirar más allá del resultado y de la jugada concreta.
Yo propongo que como mínimo en Nivel D, C y B de Categoría Cadete se apliquen las siguientes normas:
1.- Se juegue con el reglamento FIBA con norma de alineación, esto quiere decir que los partidos constarán de cuatro cuartos y que todos los componentes del equipo tendrán que jugar como mínimo 1 cuarto y como máximo 2 de los tres primeros cuartos del partido. El último cuarto será de libre elección.
2.- Que en el momento en que la diferencia llegue a los 50 puntos, el árbitro comunicará al equipo que vaya por delante en el marcador que su defensa deberá ser individual a media pista.
3.- Que las zonas permitidas sean agresivas o presionantes , no cerradas y especulativas.
4.- Que los entrenadores tengan las titulaciones correspondientes, sean por ciclos formativos o por el entorno federativo. Aquí pongo énfasis en la tarea de los clubes para conseguirlo.
En mi primera etapa como entrenador y con unos cuantos años menos, fui el primero en realizar actos que ahora mismo veo de una manera muy distinta. Por lo tanto, escribo todo esto con el máximo respeto hacia cualquier entrenador y lo hago buscando la mejora global de nuestro deporte. Amo mucho mi deporte.
Espero con muchas ganas vuestros comentarios para presentar una petición formal al Comitè Tècnic de la Federació Catalana de Basquetbol.
Muchísimas gracias por vuestro tiempo.
Ferran Márquez
Entrenador de Escola Pia Sarrià (Barcelona)
Director de la Fundación Aíto García Reneses
Ex jefe de prensa del FC Barcelona
Nº1. Negar la diagonal hacia canasta. Jugador con balón lo lanza fuera de 6,25, va a tocar la línea de tiros libres y defiende, negando el centro. Mientras el jugador sin balón del lado contrario al mismo tiempo va a buscar el balón para jugar 1c1.
Nº2. Por parejas con un balón en el suelo, el defensor tiene que impedir utilizando el cuerpo que el atacante toque el balón. Determinar un tiempo para conseguir el objetivo.
Toni Becerra
Director del portal www.ejerciciosbaloncesto.com
A continuación, compartimos un vídeo con ejercicios sobre cómo mejorar la intensidad y las ayudas defensivas, elaborado por Carlos Gracia, director de Efficient Training y que también colaboró con un artículo en el número 18 de nuestra revista.
https://www.youtube.com/watch?v=UTq74TWNOlg
Tras la buena acogida de nuestro
Decálogo para padres y madres de deportistas, en esta ocasión traemos un decálogo pensado para todos esos entrenadores y educadores deportivos que han decidido emplear su tiempo en formar a jóvenes deportistas en su deporte favorito. Un gran reto que no siempre se asume con toda la responsabilidad que se merece.
Ser entrenador entraña ser un profesional en ámbitos bastante diversos (y la mayoría de ellos son vocacionales).
En primer lugar somos educadores (agentes transmisores de valores deportivos que luego son aplicables fuera de la cancha). En segundo lugar somos entrenadores cuando nos encargamos de formar en la disciplina deportiva correspondiente.
Luego podemos enumerar una serie de profesiones que practicaremos con menor frecuencia pero cuya baja frecuencia no nos eximirá de estar lo mejor formados para la ocasión.
En caso de lesión tenemos algo de médicos y de enfermeros. En caso de necesidad, seremos psicólogos.
En caso de conflicto, tendremos la potestad para ser primero policías y luego jueces.
Por último, habrá ocasiones en las que seamos operarios a la hora de estar usar los equipamientos deportivos.
Como hemos comprobado, un sinfín de situaciones variopintas conforman nuestra realidad. Para poder sobrellevar todo el conjunto, presentamos el siguiente decálogo, pensado para dar lo mejor de nosotros mismos.
- Tener formación está muy bien, pero igual que en el deporte, no se vive sólo de los títulos. Cada día es una ocasión para aprender y formarse. Si así lo sientes, de igual manera serás capaz de transmitírselo a tus aprendices. FORMACIÓN CONTINUA. LA CURIOSIDAD NO MATA AL GATO.
- Conocer a tu equipo es fundamental. Hay que ser conscientes de cómo es el equipo y de las formas de ser y de sentir de cada una de las personas que lo componen (jugadores/as y cuerpo técnico). Sólo así podrás saber cómo tratar con cada uno de ellos. Es clave para ser un buen MOTIVADOR.
- Ser un ejemplo a seguir e inculcar valores. No todo el mundo está capacitado para trabajar con jóvenes deportistas. El hecho de estar entrenando suele estar íntimamente ligado con tu pasado como jugador. Todos los que formamos hemos tenido entrenadores que nos han marcado. Es posible que nosotros también seamos futuros recuerdos. De momento, hagamos todo lo posible por estar presentes en el momento actual.
- Ser equilibrado y siempre respetuoso. Somos personas y tenemos nuestras vidas, como todos los demás. Seamos coherentes: lo que pasa fuera de la cancha se queda fuera. Evitemos las euforias pasajeras o los enfados de frustración (muy relacionados con los partidos). Hay que procurar ser humilde en la victoria y resignado en la derrota (sin olvidar la dosis justa de auto-crítica, sin llegar al punto de machacarse).
- Planificar qué deben aprender tus jugadores en función de sus características personales (edad, nivel de juego y competición). Visualiza adonde quieres hacerles llegar en su camino formativo cuidando todas los pasos a seguir. Eso conlleva planificar cada sesión de entrenamiento (secuenciando de forma óptima las progresiones técnico-tácticas). Imprescindible saber con cuántos jugadores cuentas en cada día (estar al tanto de lesiones y ausencias). Fundamental contar con la colaboración de los padres y madres para que avisen con tiempo de las ausencias (punto que ya comentamos anteriormente en nuestro Decálogo para padres y madres de deportistas).
- Conoce tu deporte y su reglamento para poder transmitir con fundamento cada gesto técnico y su utilidad táctica. Arbitrar no es fácil y conocer el Reglamento y sus interpretaciones menos aún. Respeta al árbitro así como sus decisiones. También se puede equivocar (o no) en una decisión. Pueden hacerlo como el resto de personas del planeta. (CONVIVIR CON EL ERROR porque ERRAR ES HUMANO).
- Ser neutral, justo y coherente. Fácil decirlo y no tan fácil en la práctica. Hay que evitar el (pre)juicio rápido. Hay que tratar a todos por igual por mucho que todos sean igual de diferentes.
- Aumentar al máximo el tiempo de compromiso mutuo. Aprovechar el tiempo: cada instante y cada segundo para enseñar. Enseñar no es tirarse 7 minutos explicando un ejercicio (ya sea cómo se realiza o el por qué). Para enseñar es necesario dar información corta, clara y concisa en las explicaciones y correcciones. No es mejor entrenador el que más sabe, si no el que mejor transmite.
- Escuchar activamente cuando se presente la ocasión. No es habitual poder contar con jugadores que sean capaces de aportar y participar activamente. Para poder escuchar hay que ser capaz de ser accesible. Los jugadores te preguntarán o comentarán posibles situaciones. Tendrás que haber sido capaz de generar esa accesibilidad previamente para que ellos puedan plantearte esas situaciones. Al igual que necesitas que te escuchen, muchas otras veces serás tú el que tenga que pararse a escuchar para poder recolectar información para posteriormente poder valorarla y tratarla adecuadamente. De esta forma serás consciente de las inquietudes y necesidades de tu equipo.
- Los grandes entrenadores también fueron pequeños. Ser uno mism@ no tiene precio. Es comprensible tener referentes, no obstante tenemos que saber que los jóvenes que entrenamos están en edad de formación y no son adultos ni profesionales. Sé tú mism@ (el respeto y la humildad son excelentes compañeros de viaje).
En resumen, muchos puntos a poner en práctica. Todos llegarán a buen puerto siempre y cuando nunca nos olvidemos que trabajamos con personas jóvenes. Respeto, pasión, dedicación cuidando todos los detalles.
Ser entrenador es un reto. Hay que luchar por ser todo lo mejor que podamos ser.
Cedric Arregui
Entrenador Superior
El tiro es sin duda el fundamento más importante de este deporte, la finalidad del juego ofensivo es la de buscar diferentes posibilidades para que un jugador se libere y tire a canasta. Aunque en el baloncesto intervienen muchos factores, el fin último es lanzar y encestar (todas las acciones culminan en tiro de uno u otro tipo), por eso el tiro es el fundamento técnico más importante, es el que más gusta y es el que más se practica.
Está suficientemente comprobado que si a un niño se le da un balón de baloncesto en sus manos y tiene una canasta cerca, lo primero que intuitivamente hará es lanzar a canasta. Este hecho se puede convertir a veces en un arma de doble filo, ya que aún siendo apetitoso y ameno en los entrenamientos para los jugadores, se corre el riesgo de que no aprendan correctamente su mecánica por el componente autodidáctico que conlleva.
El tiro no es una acción aislada del juego, el tirador debe adaptar su comportamiento a tres variables:
1) Al tiempo que tiene para tirar (cuando).
2) Al espacio del que dispone (desde donde).
3) A cómo le defienden (cómo).
El tiro se podría definir como EL FUNDAMENTO DE LOS DEMÁS FUNDAMENTOS, puesto que para él trabajan todos los demás (aquí sería excepción el tiro libre), se rebotea, se recepciona, se bota, se pasa, hacemos fintas y pivotes, buscamos buenos desmarques, etc., para poder obtener la mejor posición posible de tiro. Con el tiro se culminan otros gestos motores con o sin balón que se condicionan unos a otros, por ello cuando enseñamos a tirar, no se puede olvidar el aprendizaje de las acciones que preceden al tiro (importancia de los ejercicios múltiples).
El tiro es el objetivo máximo del juego, es un medio técnico-táctico que culmina las acciones individuales y colectivas del ataque. El tiro en el baloncesto actual y debido a la intensidad y agresividad de las defensas es factor clave del juego, ya que cada vez es más difícil llegar a situaciones bajo aro, por eso resolver desde lejos se hace primordial.
Todos los movimientos que se hacen en el campo intentan buscar buenas situaciones de tiro. Como dije anteriormente se busca la mejor posición posible para tirar, pero también debemos saber elegir el momento para hacerlo, es decir, usar adecuadamente el tiro, a esto le llamamos selección del tiro.
Hay muchos jugadores que teniendo una mecánica de tiro buena, sin embargo no saben sacar provecho de ello, no obtienen una efectividad máxima de sus cualidades técnicas, poseen una buena técnica individual, pero no consiguen una buena táctica individual, no saben hacer una buena selección del tiro, no hacen una aplicación adecuada de los fundamentos (en este caso el tiro) al juego.
En esta selección del tiro van a influir una serie de factores que podíamos dividir en dos grupos:
1) Componente emocional o psicológico
-Situación del marcador
-Racha de aciertos
-Momento del partido
2) Componente táctico
-Ritmo de partido
-Posición del defensor
-Posibilidades de rebote
-Posición de los compañeros
-Jugada estudiada
Una vez hecha esta reflexión, nuestra misión como entrenadores será la de enseñar tanto la mecánica como el uso adecuado del tiro. Aunque nos encontramos con verdaderos especialistas de tiro en los equipos, nuestra misión como entrenadores será conseguir que todos los jugadores puedan tirar y dominen todos los tiros, pero inculcar el concepto de que tira el mejor situado.
Otro factor clave del tiro es la rapidez en ejecutarlo, no confundir rapidez con precipitación. El tirador debe estar concentrado y tener confianza en sí mismo y después de tirar seguir el lanzamiento.
Lou Carnesecca nos da unos consejos muy a tener en cuenta referentes al tiro
-Hay que jugar para conseguir un buen tiro, no para el tirador.
-Manejar el balón siempre mirando al aro.
-Comenzar los ataques siempre en posición de tiro.
-El mejor amigo del tirador es el cuadrado del tablero (usarlo).
-En los botes que anteceden al tiro el último debe hacerse más fuerte, para que el balón suba a la altura de la mano y seamos más rápidos al tirar.
-El que bloquea es el que tira.
-Debemos crear un espíritu, de manera que el que tira reconozca que su oportunidad de poder tirar ha sido porque cuatro jugadores más trabajan para él.
Enseñanza del tiro
La pedagogía, enseñanza y aprendizaje del tiro deberá cumplir las siguientes premisas:
-Explicar detalladamente y por orden.
-Empezar por lo sencillo e ir desglosando el movimiento de la siguiente forma:
1º) Juego de pies…Toda acción en el terreno de juego debe estar ligada al equilibrio, se dice que el tiro empieza por los pies.
2º) La mecánica del tiro…En principio sin balón, trabajaremos brazo, muñeca y dedos hasta coordinar el movimiento (repetir).
3º) Unir juego de pies y mecánica de tiro (sin balón)…Buscando el ritmo y la coordinación.
4º) Trabajo con balón…Repeticiones con extensión de brazo-golpe de muñeca y toque de dedos. Podemos hacer lanzamientos al aire, a una pared, a un compañero e incluso a canasta (pero al principio a distancias cortas).
5º) Todo el movimiento completo…Al principio lentamente y luego aumentando el ritmo a medida que vayamos aumentando la coordinación.
Hay que tener paciencia al principio, da igual que se metan los tiros o no, lo verdaderamente importante es que se adquiera una buena mecánica de tiro. En esta enseñanza también tendrán gran importancia los modelos a imitar, el propio entrenador u otros jugadores pueden demostrar como se tira y que los jugadores vayan imitando los gestos técnicos.
Una vez hecha por el entrenador la explicación del tiro, debe corregir los errores que aprecie, en esta primera fase es más fácil poderlo hacer, cuando el jugador tiene hábitos o vicios adquiridos cuesta mucho más trabajo dicha corrección.
No existen muchos más secretos para mejorar el tiro, podríamos resumirlos en:
1) Repetir, repetir, repetir
2) Entrenarlo en situaciones reales de juego
-Ejercicios de tiros con oposición
-Ejercicios combinados de forma múltiple
-Ejercicios de tiro tras esfuerzo físico.
-Ejercicios competitivos.
Eduardo Burgos
Entrenador Superior de Baloncesto
Director del Blog de baloncesto Viveelbasket
Nº1. Competición de tiro, un equipo inicialmente manda en el juego y decide desde que circulo rojo tirar, el otro jugador tira desde otro circulo que no sea la misma posición. Si el jugador que manda en el juego falla su equipo pierde la posibilidad de elegir y manda en el juego el otro equipo. Competición por tiempo o puntos.
Nº2. Jugador con balón pasa y juega para bordear el cono del lado contrario, recibir el pase de vuelta y tiro.
Toni Becerra
Director del portal www.ejerciciosbaloncesto.com
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